Teatro de Cámara de Maracay, Dramaturgia y dirección Mariozzi Carmona Machado, año 1999-2000)
La juventud de hoy, no se parece a ninguna otra y sus gustos no se parecen a otros que hayan existido. Los jóvenes y las jóvenes de hoy, buscan un grado de ``excitación`` y por consiguiente tienen una propensión a que todo con lo que se relacionen les produzca placer.
Y es que ésta ``juventud`` disímil, con todos los medios a su disposición, con todas las posibilidades de exploración conductual y sexual; necesita y pide un teatro como quizás aún no hayamos captado. Aún estamos pensando en una ``alta calidad`` de lenguaje, imágenes, sonido, estructura dramática y buscar temas en la narrativa, lo cual es inclusive mucho más atractivo que muchas de las obras ``escritas`` para la gente entre 15 y 18 años; pero, siento que no es suficiente. Los jóvenes ya no son niños, ya no quieren seguir melodías que los acunen-mi fuente es mi sobrina de 21, pero lo fue toda la vida, y es una de mis críticas más férreas, y mi sobrino de 13, representante estudiantil-, quienes sin empachos nos avientan sus gustos.
La dramaturgia contemporánea con sus atisbos, aún no ``dice``, aún no trasluce lo que ``agita`` al público juvenil. Razón le concedo a Juan Liscano en su artículo ``Los ángeles exterminadores``, cuando hace un aparte para hablar de lo que los hace ``delirar``: ``…la verbalizaciòn está superada. Lo gestual y emocional es lo que importa, los gritos, los desmayos…``. Esto no es todo pero nos muestra mucho de lo que la generalidad juvenil pide. Las excepciones confirman la regla, y son justamente una muestra de sabbat o índigos, que si no son rockeros, componen música fusión y se inclinan por lo visual más que lo verbal. Entonces, razón tenía Martha Trava, cuando exponía que nuestra generación hablaba en ``comics``: o sea que había perdido la capacidad expresiva de la lengua y se limitaba a los expletivos, monosílabos, spaninglish, y el abandono de ciertos verbos. La contradicción, la negación, la inversión de todo lo considerado bello o bueno, tiene otro valor en la juventud actual. Por un lado, se admite con justicia la homosexualidad, las ligas inter-raciales, la participación política, el feminismo, la lucha ambiental, la naturalidad física; etc., pero por otro se pide una belleza exacerbada y construida, traducida en chicas cuyos cuerpos no tienen que ver con los cánones de Fidyas, y jóvenes denominados ``metro-sexuales``. Entonces, la escritura de una obra de teatro, aunque tenga una intención positiva o pedagógica,-sin evangelizar-, no puede ignorar el mar humano de posibilidad temática que está allá afuera. A todas estas parece que el panorama no es muy alentador. A propósito de una entrevista en televisión que le hicieron a Josè Saramago, referida a su posición pesimista acerca del mundo, éste contestó:
-No es que soy pesimista, es que el mundo es pésimo.
Referencias Bibliográficas
• Liscano, J. (1985). Reflexiones para jóvenes capaces de leer.
Caracas: Publicaciones Deliven.
• Trava, M. (1991). Notas de Estètica.
Caracas: Material fotocopiada UCV.
• Mannarino, C. (2008) Apuntes de clases.
Caracas: Iudet, marzo. Profeser.